¿Se ha preguntado alguna vez qué siente una persona que se desplaza en silla de ruedas en acciones tan cotidianas como cruzar la calle u subir una rampa mecánica en el supermercado? O ¿qué sensación experimenta un no vidente al transitar por la ciudad? Esas interrogantes fueron las que intentó responder la actividad “Ponte en mi Lugar”, organizada por un grupo de estudiantes de la carrera Terapia Ocupacional de la Universidad de Playa Ancha, apoyados por el FONADIS y la Secretaría Regional Ministerial de Planificación.
Ubicados en Bellavista con Brasil, en la explanada donde funciona un centro artesanal en Valparaíso, y acompañados del SEREMI de Planificación, Enrique Astudillo, del Coordinador Regional de FONADIS, Boris Rubiño, y de la Jefa de Carrera, Dalila Goudeau, los estudiantes intentaron mostrar a la comunidad las dificultades que debe sortear una persona con discapacidad en sus actividades cotidianas, a través de la vivencia de la situación de discapacidad. De esta manera, los transeúntes montados en sillas de ruedas, o acompañados de bastones ortopédicos o guiadores, cruzaron la calle, transitaron por rampas o intentaron comprar en el supermercado.
“Por ejemplo, cuando uno no se puede parar de la silla de ruedas, ir al baño es toda una proeza, si es que logramos pasar la puerta, porque los baños en este país tienen puertas de 80 cm., las sillas topan, no alcanzan a pasar, o si es que pasan, nos raspamos los dedos… entonces las dificultades que tienen son tantas que si todos nos pusiéramos de acuerdo, todos tuviéramos esta experiencia, sería mucho más fácil poder ayudar”, explicó Dalila Goudeau.
El SEREMI de Planificación, luego de un breve recorrido en silla de ruedas, se mostró impactado por las barreras que debe enfrentar una persona con discapacidad. “La verdad es uno se da cuenta de que la ciudad no está preparada para los discapacitados. Acabamos de hacer un recorrido muy corto, y la verdad es que las dificultades, la falta de respeto de las personas nos muestran que claramente no tenemos una conciencia social respecto de las necesidades de los discapacitados”, dijo.
“Además, quiero aprovechar de decir que pronto tendremos una Ley de Discapacidad, que sin duda nos va a permitir regularizar todo lo que tiene que ver con preparar la ciudad precisamente para los discapacitados… Sin embargo, lo importante es el llamado a la gente, más allá de la ley que está ad portas de publicarse, un llamado a la conciencia de las personas, efectivamente vivir en discapacidad es un tema en una ciudad como la nuestra”, puntualizó el SEREMI.
En efecto, la Ley de Discapacidad, que se encuentra a la espera de concluir su tercer trámite legislativo en la cámara de diputados, significa un cambio en las políticas públicas en favor de las personas con discapacidad, pasando desde un criterio de satisfacción de necesidades a otro basado en la perspectiva de derechos, en el marco del Sistema de Protección Social impulsado por el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.
De esta manera, se establece que todos los edificios de uso público existentes a la fecha de publicación de la Ley deberán ser accesibles para personas con discapacidad, dentro de un plazo de 3 años desde que se dicte su reglamento; que la totalidad de los medios de transporte público deberán realizar las modificaciones necesarias para asegurar el acceso de personas con discapacidad; y que los establecimientos educacionales deberán hacer las adecuaciones curriculares, en infraestructura y materiales de apoyo para el acceso y permanencia de las personas con discapacidad.
Cabe señalar que a la fecha, la entidad responsable de realizar fiscalización de las adecuaciones para el acceso de personas con discapacidad a los edificios de uso público, es la Dirección de Obras Municipales. Sin embargo, muchas veces, por falta de funcionarios, la DOM no tiene la capacidad de fiscalizar en terreno. “En ese sentido, toma relevancia el control social: las personas que se sientan menoscabadas por la falta de acceso adecuado a los edificios de uso público pueden realizar la demanda respectiva en el Juzgado de Policía Local”, aseveró el Coordinador Regional de FONADIS (s), Boris Rubiño.
Ubicados en Bellavista con Brasil, en la explanada donde funciona un centro artesanal en Valparaíso, y acompañados del SEREMI de Planificación, Enrique Astudillo, del Coordinador Regional de FONADIS, Boris Rubiño, y de la Jefa de Carrera, Dalila Goudeau, los estudiantes intentaron mostrar a la comunidad las dificultades que debe sortear una persona con discapacidad en sus actividades cotidianas, a través de la vivencia de la situación de discapacidad. De esta manera, los transeúntes montados en sillas de ruedas, o acompañados de bastones ortopédicos o guiadores, cruzaron la calle, transitaron por rampas o intentaron comprar en el supermercado.
“Por ejemplo, cuando uno no se puede parar de la silla de ruedas, ir al baño es toda una proeza, si es que logramos pasar la puerta, porque los baños en este país tienen puertas de 80 cm., las sillas topan, no alcanzan a pasar, o si es que pasan, nos raspamos los dedos… entonces las dificultades que tienen son tantas que si todos nos pusiéramos de acuerdo, todos tuviéramos esta experiencia, sería mucho más fácil poder ayudar”, explicó Dalila Goudeau.
El SEREMI de Planificación, luego de un breve recorrido en silla de ruedas, se mostró impactado por las barreras que debe enfrentar una persona con discapacidad. “La verdad es uno se da cuenta de que la ciudad no está preparada para los discapacitados. Acabamos de hacer un recorrido muy corto, y la verdad es que las dificultades, la falta de respeto de las personas nos muestran que claramente no tenemos una conciencia social respecto de las necesidades de los discapacitados”, dijo.
“Además, quiero aprovechar de decir que pronto tendremos una Ley de Discapacidad, que sin duda nos va a permitir regularizar todo lo que tiene que ver con preparar la ciudad precisamente para los discapacitados… Sin embargo, lo importante es el llamado a la gente, más allá de la ley que está ad portas de publicarse, un llamado a la conciencia de las personas, efectivamente vivir en discapacidad es un tema en una ciudad como la nuestra”, puntualizó el SEREMI.
En efecto, la Ley de Discapacidad, que se encuentra a la espera de concluir su tercer trámite legislativo en la cámara de diputados, significa un cambio en las políticas públicas en favor de las personas con discapacidad, pasando desde un criterio de satisfacción de necesidades a otro basado en la perspectiva de derechos, en el marco del Sistema de Protección Social impulsado por el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.
De esta manera, se establece que todos los edificios de uso público existentes a la fecha de publicación de la Ley deberán ser accesibles para personas con discapacidad, dentro de un plazo de 3 años desde que se dicte su reglamento; que la totalidad de los medios de transporte público deberán realizar las modificaciones necesarias para asegurar el acceso de personas con discapacidad; y que los establecimientos educacionales deberán hacer las adecuaciones curriculares, en infraestructura y materiales de apoyo para el acceso y permanencia de las personas con discapacidad.
Cabe señalar que a la fecha, la entidad responsable de realizar fiscalización de las adecuaciones para el acceso de personas con discapacidad a los edificios de uso público, es la Dirección de Obras Municipales. Sin embargo, muchas veces, por falta de funcionarios, la DOM no tiene la capacidad de fiscalizar en terreno. “En ese sentido, toma relevancia el control social: las personas que se sientan menoscabadas por la falta de acceso adecuado a los edificios de uso público pueden realizar la demanda respectiva en el Juzgado de Policía Local”, aseveró el Coordinador Regional de FONADIS (s), Boris Rubiño.
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